Esta planta originaria de América la llaman Helianthus Annuus, nosotros
nos complicamos menos y la llamamos girasol.
Son cientos, mejor diría miles de flores amarillas, se pierde la vista contemplándolas.
Numerosas también las abejas que revolotean sobre ellas, cargadas de polen
aun se dejan fotografiar.
No es habitual por aquí ver extensiones tan grandes de cultivos, merece la pena verlos.
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