San Miguel de Lillo


Dejando Oviedo a nuestras espaldas comenzamos el ascenso al monte Naranco, para contemplar entre la bruma, la lluvia y el frío el arte prerrománico de San Miguel de Lillo.
En la actualidad solo se conserva una tercera parte del edificio en sus orígenes, pues en 1115 se derrumbó su triple ábside y tres tramos de la nave. Afirman que fueron sus elevadas bóvedas y las aguas de un arroyo cercano las que dañaron los cimientos causando el derrumbamiento.
Merece la pena hacer un alto en el camino para verlo.
                                                             Oviedo 28 febrero 2016

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